Este post va para mi padre. Un tipazo, un hombre sereno, divertido, sin grandes traumas, sin grandes delirios, sin grandes fortunas salvo la fortuna de un gran corazón, grande, grande. Facundo Cabral es un referente a ese padre mío que un día le dio por abandonar los pantalones acampanados, las camisas chillonas y los cabellos largos y prefirió dedicarse a su nueva familia y lo hizo bien.Facundo Cabral y muchos otros trovadores están almacenados en mi memoria emocional como la música que tantas noches nos arruyó en casa. Para mi las serenatas no se pagaban, se recibían, se cosechaban, igual que esas familias que tienen árboles en sus jardines y de vez en cuando van y colectan un durazno recién cortado, nosotros íbamos a la sala y escuchábamos a mi padre darnos su voz en fruto, madura, dulce,...